Nike Doernbecher 9
Lavado de imagen, Responsabilidad Social Empresarial o nueva forma de marketing. Llámelo como quiera, pero sin duda que la iniciativa de Nike es digna de imitar. El asunto es que Doernbecher es un hospital para niños que se transformó en una meca del diseño para la marca del swoosh.
Años atrás se dieron cuenta que en el recinto médico existía una gran cantidad de niños fanáticos por las zapatillas. Nike les propuso diseñar sus propios modelos, venderlos y las ganancias generadas a raíz de estas tillas irían en directo beneficio del hospital. A la fecha se han acumulado 4 millones de dólares por concepto de este proyecto.
La Air Max con estrellas de Autumn Boynton, de 10 años, se debe a que ella quiere ser una estrella de rock. En el 2005 le diagnosticaron cáncer de riñón.
Oswaldo Jimenez, a.k.a. Pollito, escogió a la Jordan IX retro como el soporte a modificar. Se inspiró en su apodo y puso plumas grabadas en láser y los colores característicos de su México natal.
La Free Run+2 de Grant Olsen mezclóa la guitarra eléctrica, sus iniciales y la frase “Do not fear or be dismayed”, en recuerdo de su leucemia.
Mientras se recupera de su tumor cerebral, Kylie Bell, también escogió a la Free Run+2 para modificarla. Tomó telas en honor a su polera favorita, puso un ave en la lengua, mientras que en los cordones escribió las palabras “Fuerza” y “Libertad”.
Finnigan Mooney tiene a su haber 10 años y 13 operaciones al corazón. Eligió las Dunk e inscribió sobre su superficie las palabras “Thump Thump”, en referencia al sonido de su corazón. El swoosh está cocido como si fueran cicatrices, tal como las que tiene por sus operaciones.
90 minutos en el agua helada llevan a cualquiera al hospital. Chad Berg se cayó el kayak y casi muere de hipotermia. Él tomó unas Air Force One y las coloreó con los tonos de su equipo, Oregon Duck y agregó la frase en la plantilla «The people who turn out the best are those people who make the best out of the way things turn out».