Columna de opinión: Revendedores


Muchos creen que uno de los síntomas de un fortalecimiento de la escena de los coleccionistas de zapatillas en Chile es la aparición de los revendedores. Sujetos que van y compran la mayor cantidad posible de apetecidos modelos para venderlos a un precio superior a quienes no alcanzaron a adquirir un par o bien para negociarlos con compradores del extranjero.

Pero mi pregunta es: ¿contribuyen a la escena este tipo de sujetos? Existen varios pros y contras respecto al nacimiento y desarrollo de la figura del revendedor. Partiré de la base de que así funciona el mercado capitalista en el cual nos movemos, es decir, una persona que cuenta con más recursos, tiempo y contactos está en todo su derecho de comprar todos los pares que quiera y luego crear un negocio paralelo con las personas que deseen adquirir determinada zapatilla. Reglas del capitalismo.

Sin embargo, creo que eso perjudica al romanticismo de comprar una zapatilla, ya que limita la adquisición solo a quienes pueden comprar algún par a un precio realmente inflado y fuera del costo ofrecido en el retail. De hecho, siento que es la oportunidad perfecta para aprovecharse de esta incipiente escena sneaker en nuestro país, ya que juegan con la demanda de determinado modelo y de todos aquellos que realmente desean tener la silueta de sus sueños.

Pero aterricemos este fenómeno en Chile. A principios de año llegaron a Chile las Adidas Yeezy Boost 350 “Pirate Black” y la marca alemana previó toda el alboroto que podría causar la venta de la primera tilla de Kanye West que se vendería en nuestro país. Se organizó una rifa donde solo quienes se inscribían podían optar a comprar solo un par. Fue una manera democrática y justa para la venta de estas zapatillas, ya que se alejó a los revendedores y dejó que el azar premiará a los fanáticos del modelo. Si no hubiera existido esta dinámica me imagino un campamento lleno de oportunistas con ganas de aprovechar este lanzamiento. Estando presente en esta ordenada fila de venta por rifa, igual vi la presencia de revendedores que estaban atentos a los pares que sobraban para después incrementarlos. Ah, también hubo una venta online que no se reguló.

En tanto, cuando se lanzó la segunda entrega de las Adidas NMD en Chile no se limitó su venta y el panorama cambió. Llegaron algunos comerciantes, más que nada asiáticos, y compraron la mayor cantidad de los pares más requeridos de este modelo, como las City Sock o las R1. Por otro lado, ayer Bold puso a la venta, en sus tiendas y en su sitio web, las Air Jordan 1 “Bred” (“Banned”), generando un hecho que nunca antes había visto en Chile: una fila para comprar un par de zapatillas por orden de llegada. No obstante, desconozco si existía un límite de compra de pares de este modelo que alejara a los revendedores.

Personalmente creo que los revendedores son un mal para el movimiento que está creciendo. Son tipos que se aprovechan de las oportunidades y estrujan al máximo el deseo de cualquier hijo de vecino de tener un par.

Pero también está la otra cara de la moneda de aquellas tiendas o personajes que te dan la posibilidad de adquirir un par en Chile o en el extranjero ahorrándote la espera, la fila, el trámite y todo lo que conlleva hacerse de un modelo exclusivo, difícil, descontinuado o limitado. El tema es que algunos cobran un precio justo y no lucran descaradamente con este servicio.

Ahora que Chile se ha convertido en un foco de las grandes marcas para la llegada de modelo de orden mundial espero que la plaga de revendedores no crezca y los pares queden en manos de quienes de verdad los aman pagando un precio justo.

Escrito por:

Diego Duran
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